La proximidad del Rodano, el verde vanidoso de la hierba, la luz de agosto, los aromas suaves, la catedral, la casa de los Papas, los puentes, las calles cuidadas con esmero.
Avignon es abrir un libro de paisajes y descubrir nuevos planetas.
Hay una porción espaciosa de terreno frente a la minúscula vivienda. Perfecto. Allí hemos estado al fresco del atardecer hasta la primera luz del alba. Sentados en cómodas hamacas, los pies descalzos, el cuerpo en reposo, charlando,riendo deslizándonos en el pasado.
Solid y Xaloc a mi lado estirados, serenos, anchos, orgullosos. Tecla, joven y vivaracha, cazando las sombras que se esconden en la hierba enmarañada. Erguida como un oso, atenta, las orejas, los muslos, la cola formando una tensa cuerda de guitarra y subitamente, ¡plas! Un golpe con las patas delanteras, un salto preparado y las costillas de la tierra lanzan saltamontes, grillos, cucarachas. ¡Que festín!
No hay comentarios:
Publicar un comentario