Voy a tender las silabas al
viento para contemplar este paisaje desde un ángulo concreto.
Ahora mismo no puedo perdonar a quien lo hizo, por mucho que lo piense, por mucho que lo indague, no veo a esta sinrazón razón ninguna.
Ahora mismo no puedo perdonar a quien lo hizo, por mucho que lo piense, por mucho que lo indague, no veo a esta sinrazón razón ninguna.
Si, hombre de piedra, mereces un castigo. Cobarde. ¿Por donde descubrirte? Estoy furiosa, dolida, enojada
y triste.
¿Qué te hizo esta criatura? ¿Acaso
la conoces? ¿Te inquieta su alegría?. Cuanto odia se acumula en tu camisa,
cuanta ruina en tu boca deformada. Estas enfermo. Te corroe la amargura. Psicópata,
asesino. Corazón vacío, desierto, yermo, escoria, basura, mala gente. Tu mundo se alimenta en sangre ajena. Me das
pena, te quema tu propio aliento fétido.
Cinco días, contados uno a uno,
rato a rato, largos, angostos, brumosos e intranquilos. Cinco días, con sus
horas, minutos y segundos.
Cinco días costó que mi pequeña galopara de nuevo en tierra
firma.
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