Nace el año temprano, la ciudad duerme la pasada nochevieja y las calles desnudas son nuestras. Nos vamos a pisar arena de playa perdida y clandestina, nos vamos donde siempre.
Por el muro detras del cementerio salen dos perros furiosos, horribles, agresivos, sus colmillos van directos a Xaloc, el inocente. Cae a la primera embestida, los dos truhanes, los atacantes, siguen mordiendole y Xaloc gime, Xaloc llora, Xaloc no puede defenderse. Un perro enfermo de epilepsia, poco puede ganar esta batalla. Xaloc se dobla hacia su vientre y su mirada se cruza con la mia.
Despacio, Xaloc anda despacio, su pata sangra, una grieta vertical cruza su piel de terciopelo espeso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario