viernes, 20 de marzo de 2015

PELIGRO: VENENO

Voy a tender las silabas al viento para contemplar este paisaje desde un ángulo concreto.

Ahora mismo no puedo perdonar a quien lo hizo, por mucho que lo piense, por mucho que lo indague, no veo a esta sinrazón  razón ninguna.
Si, hombre de piedra, mereces un castigo. Cobarde. ¿Por donde descubrirte? Estoy furiosa, dolida, enojada y triste.
¿Qué te hizo esta criatura? ¿Acaso la conoces? ¿Te inquieta su alegría?. Cuanto odia se acumula en tu camisa, cuanta ruina en tu boca deformada. Estas enfermo. Te corroe la amargura. Psicópata, asesino. Corazón vacío, desierto, yermo, escoria, basura, mala gente. Tu mundo se alimenta en sangre ajena. Me das pena,  te quema tu propio aliento fétido.

Cinco días, contados uno a uno, rato a rato, largos, angostos, brumosos e intranquilos. Cinco días, con sus horas, minutos y segundos. 
Cinco días costó que mi pequeña galopara de nuevo en tierra firma.

Tecla ha estado muy grave. Ha padecido lo indecible. La muerte le puso su chaqueta, la enredó en su velo amenazante y a poco sale vencedora. Pero herida de dolor y espanto, la vida regresó a su nido y encendió de nuevo su cuerpo amable.