domingo, 31 de octubre de 2010

LA PLAYA ES NUESTRA

 El verano muere y volvemos a las costas amarillas.

Galopando por el otoño espacioso el mar es nuestro, cada ola es noticia, cada viento es un surco de la playa eterna. Batallones de arena acuden a nuestra cita esperanzada. La espuma al filo de las olas es sucesión y juego, es el cielo quebrado, oro crujiente que nace de la arena profunda y se vierte en la desordenada alfombra de nuestros andares contentos.

Apartados de todos los seres, desnudos de miserias y traiciones, envueltos en la pálida luz de un octubre acabado, corremos, nos saciamos, gastamos el día en una llama infatigable.

Invadimos el horizonte, levantamos los astros de la noche y agregamos azul al mar y al cielo.